lunes, 12 de septiembre de 2011

EVALUACIÓN CARDIOVASCULAR

EVALUACIÓN CARDIOVASCULAR (cardiovascular as sessment) Valoración del estado y función del sistema cir­culatorio y detección de las anomalías del mismo. MÉTODO: Se solicita al paciente que describa el comien­zo, localización, duración y características de cualquier do­lor que pudiera presentar y que diga si ha notado debilidad, fatiga, disnea, fiebre, tos, sibilancias o palpita­ciones. Hay que interrogar también sobre cualquier epi­sodio de desvanecimiento. indigestión, náuseas, edema de las extremidades, cianosis, alteraciones en la visión y frialdad o adormecimiento de manos y pies. Es importante ob­servar el aspecto general del paciente, su color, la posición que adopta, la frecuencia y ritmo de sus pulsos arteriales, la existencia de pulso paradójico o alternante, y la disten­sión, pulsación y presión de las venas del cuello. También se comprueba la presión arterial, la temperatura y la fre­cuencia y carácter de las respiraciones y se examina la región precordial observando el punto de máximo impul­so, la simetría, el borde cardiaco, las pulsaciones y la exis­tencia o no de desplazamientos o protrusiones. A con­tinuación se ausculta el tórax para determinar la intensidad, frecuencia, duración, timbre y origen de los tonos y soplos cardiacos y para identificar la localización y ca­rácter de los sonidos respiratorios normales y patológicos como estertores y roces. También se observa el color, la temperatura, la turgencia y sequedad o sudoración de la piel y el aspecto de las extremidades, el tiempo del llena­do capilar, las uñas y las posibles lesiones. Se registra el nivel de conciencia del paciente, sus reflejos, sus signos neurológicos y sus respuestas al dolor junto con los datos referentes a cualquier enfermedad que pudiera padecer, particularmente hipertensión, obesidad, diabetes y trastor­nos pulmonares y renales. Debe obtenerse información so­bre cualquier intervención cardiovascular previa y la existencia de antecedentes de fiebre reumática, infarto de miocardio, angor, cardiopatías congénitas y enfermedad vascular oclusiva. En el interrogatorio hay que informarse igualmente sobre la respuesta del paciente al estrés, su vida sexual, sus relaciones, su profesión y ambiente, su patrón de sueño, sus niveles de ejercicios, sus actividades de ocio y el consumo de alcohol y tabaco. Otros factores a tener en cuenta en la evaluación cardiovascular son los antecedentes de medicación con preparados digitálicos, antihipertensivos, diuréticos, aspirina, somníferos y fárma­cos antigripales. No debe olvidarse la historia familiar, in­sistiendo particularmente en los antecedentes de cardiopatía, hipertensión, diabetes, obesidad, trastornos vasculares, accidentes cerebrovasculares y nefropatías. Medios diagnósticos muy útiles son el electrocardiograma, la radiografía de tórax, el ecocardiograma, la arteriogra­fía coronaria, el cateterismo cardiaco y la determinación de las presiones arterial y pulmonar en cuña. Los estudios analíticos incluyen un recuento sanguíneo completo con de­terminaciones de hemoglobina y hematócrito, un perfil elec­trolítico y un estudio de coagulación y cuantificación de los niveles de colesterol, triglicéridos, transaminasa, glu­támico-oxalacética, creatin-fosfoquinasa y láctico-deshidro­genasa en suero.

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